Educación en tiempos de dictadura

FAGDUT llegó junto a la democracia para proyectarse en conjunto, luego de uno de los períodos más oscuros de la historia argentina. La UTN, como todo el sistema educativo, se vió gravemente violentado con las medidas de la última dictadura cívico militar.

Desde 1959, la UTN cuenta con autarquía, lo que la puso en igualdad de condiciones respecto del resto de las universidades. Este principio forma parte de las condiciones de autonomía universitaria, que garantiza la independencia política y administrativa de una universidad pública respecto de factores externos.

Con la irrupción de la dictadura cívico-militar en marzo de 1976, se eliminaron a las principales autoridades de todas las instituciones con funcionarios en ejercicio. Ese mismo año y por orden del Ministerio de Educación, las Universidades debieron fijar los cupos de admisión, basadas en sus posibilidades físicas y académicas y en lo que consideraban las necesidades de la región en la que desarrollaban su tarea. La Universidad Tecnológica no fue la excepción.

El control, sumado a la amenaza latente de encarcelamiento, desaparición o muerte fueron la impronta del “Proceso” al sistema universitario. Esta significó la finalización definitiva de todo tipo de actividad de índole política, dejando a los trabajadores sin amparo de la ley. El período de proscripción del peronismo, junto a su culminación y a la última dictadura cívico-militar estuvo teñido por una confusa, casi inexistente, construcción sindical. Por lo que los docentes universitarios se encontraban sin asesoramiento, vulnerables a las medidas de turno. Medidas que violaban los derechos de los trabajadores. La dictadura suprimió la libertad de cátedra y designó de manera discrecional a docentes.

Según la ONU, los Derechos Humanos (DDHH) son “inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna.” En este grupo están incluidos a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos. Los gobiernos están obligados por la Declaración Universal de los DDHH a promoverlo y accionar ante situaciones que los violen.

Luego de este período oscuro, con la vuelta de la democracia, se dió el marco propicio para la constitución de la FAGDUT. Tal como señala La historia de FAGDUT: 1984-1990, “tras el silenciamiento, el cuerpo docente se ponía en movimiento para encontrarse, dialogar, discutir, proyectar en conjunto; actividades vitales que habían permanecido durante años fuera del marco de posibilidades de los docentes.” Continuamos el camino marcado para seguir exigiendo que se cumplan nuestros derechos, a la educación, al trabajo. A la vida. A la libertad. En momentos de incertidumbre y zozobra, nos queda volver a nuestra esencia humana.

Hoy, luego de 37 años de democracia y más de 35 en FAGDUT, reafirmamos el compromiso con la participación. Con la defensa de los derechos de nuestros trabajadores, enharbolando la educación como principal bandera. Apostamos, nuevamente al debate, a los espacios que propicien y garanticen el diálogo, el encuentro con la diferencia. Celebramos la posibilidad de expresar todas las voces, en pos de la construcción y el consenso colectivo.

Fuentes:
La historia de FAGDUT: 1983 – 1990, desde los inicios de la federación hasta el cambio de grado
UTN – FR Buenos Aires, recuperado 17/03/20 de: https://transmedia.frba.utn.edu.ar/pantalla1_periodo4.html

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Somos docentes que, unidos por el mismo espíritu de la democracia, comprometidos por el futuro de nuestra universidad y críticos de la realidad, nos unimos para ofrecer una alternativa sólida en lo que hace a temas prioritarios del quehacer docente.

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